La adolescencia es una de las crisis vitales necesarias que atravesamos todas las personas.
El adolescente se enfrenta a una multiplicidad de crisis: con el propio cuerpo que cambia, con el dejar ser un niño/a para empezar a sentirse grande, con la propia identidad, con nuestros padres y con el grupo de pares. Entre otras cosas, porque crecer duele, estar atentos, informados y pedir ayuda profesional, puede resultar de gran alivio para acompañar a nuestros hijos/as y a nosotros como padres.
Pero, ¿dónde nos paramos los padres para escuchar y hablar sobre esto que sucede en la familia?
En ocasiones, lo no resuelto de nuestra propia adolescencia se presenta y repite cuando somos padres. Nos encontramos en situaciones donde nuestros hijos nos enfrentan con nuestras propias vulnerabilidades. Poder reconocer nuestras emociones, y entender que ahora son ellos quienes necesitan atravesar esta etapa a su manera, diferente a como lo vivimos nosotros es clave. Poder empatizar con sus emociones y necesidades, escuchar más que decir, alojando el malestar de ellos y dejando en suspenso los prejuicios propios es un buen punto de partida.
Se repite “hablo mucho con mi hijo/a!”. Pero, ¿hay escucha o sólo se oye?, ¿se construye con el decir del hijo/a o se comunica la norma familiar?, ¿se habla o se transmite?, ¿hay lugar para alojar la diferencia?
La adolescencia como etapa vital sacude, moviliza e interpela al adolescente y a su entorno. A nuestros hijos les quedarán huellas inolvidables, especialmente de cómo los acompañamos en momentos de dolor emocional e incertidumbre por lo desconocido. No hay que olvidar que todo cambio conlleva una pérdida, se pierde y se gana. Entonces, hay un proceso que tienen que atravesar hacia lo nuevo, entender cuánta energía se gasta en los duelos, en crecer y en transitar toda esta etapa. Intentar dejar de lado el discurso del “¡tu puedes!” porque lo único que se consigue es estandarizar cuerpos, acciones y sentimientos sin darle lugar a lo individual de cada camino. En ese atropello a lo individual es donde muchas veces identificar conflictos o problemas personales, de cada adolescente, se vuelve complejo.
Si tenés hijos, sobrinos, nietos, alumnos adolescentes y estás buscando respuestas al sin fin de preguntas que representa acompañarlos, te invitamos a escribirnos a info@sanify.site que buscaremos el mejor modo de acompañarte en esta hermosa etapa que están atravesando vos y tu familia.